Tod@s, en algún momento tocamos con el sentimiento de soledad, abandono y exclusión, bien sea de forma puntual o de forma sutil a lo largo del tiempo.
De las necesidades no resueltas en la infancia vamos arrastrando en el tiempo esta sensación de estar sol@s, generando también la sensación de incapacidad, desarraigo, inseguridad y estancamiento.
Sentirse acompañad@
- Siempre es una sensación agradable que produce bienestar.
- Es tener una mano amiga que te sostiene y te da la fuerza que necesitas.
- Representa otra mirada respecto a lo que te sucede con una perspectiva más amplia.
- Tener evidencias y sentir que esa persona está dispuesta a hacer ese tramo de tu viaje contigo.
- Te ayuda a reconocer tus anhelos, deseos, necesidades, dificultades y obstáculos a superar, para que aprendas de esta experiencia y puedas contemplar y comprender lo que vives fuera de ti.
- Darte permiso para poner distancia y observar todas tus dimensiones: Cuerpo, mente, emociones y energía.
- Encontrar tu abundancia interior: Recursos, valores, capacidades, talentos, relaciones y habilidades. Seguro que a ti mism@ te exiges y censuras más de lo que es sano y recomendable para crecer.
Gracias a los valores como respeto, confidencialidad, amabilidad, adaptabilidad, flexibilidad, consigues comprender que sucede fuera de ti. Gracias a ese acompañamiento podrás sentir más seguridad, confianza, motivación y vitalidad.
Con todo esto podemos crear el plan de acción para que puedas sostener y aceptar la situación y por lo tanto sentirte preparad@ para marcar límites, tomar decisiones y mirar el presente y futuro con más vitalidad.
De hecho podrás sostener tus estados emocionales del mismo modo que has superado otras circunstancias con anterioridad.
También debes saber que NO ES el acompañamiento.
- Nadie puede hacerlo por ti. Caminar a tu lado no implica caminar por ti.
- Te ofrecemos orientación, guía, perspectivas de crecimiento y mejora pero en realidad te toca a ti ponerlas en práctica.
- Podemos reorientar el plan, a pesar de tus ganar de abandonar, pero nunca será nuestra recomendación. A pesar del esfuerzo la recompensa de crecer siempre es mayor que el dolor que puedas afrontar.
- A pesar de no ser un acompañamiento religios@, estaremos en contacto con tu abundancia interior, así que requiere que tengas fe en ti mism@. Que quieras creer en tí y salir de tu zona de victimismo ( sentir dolor es una cosa, apalancarse en ese dolor y permanecer en él es otra bien distinta que te frena y te infantiliza.)
- Acompañar no es ser tu paño de lágrimas, en realidad no estamos para que te quedes llorando, quejándote, juzgando y criticando. A pesar de los momentos de vulnerabilidad el compromiso es sanar y transformar. A menos que desees quedarte en ese lugar de sufrimiento.
- Con todo esto, debes estar dispuest@ a dejarte conducir.
En consecuencia, el propósito de acompañarte es para superar y aprender a vivir con más libertad y amor tu vida.
¿Te atreves a parar, descubrirte y florecer?
Me motiva tu éxito personal y profesional, ¿me acompañas en este propósito?

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